¿Quién soy?

En mi vida he dado muchas vueltas. Comencé siendo diseñador de páginas web y SEO y acabé teniendo una agencia inmobiliaria hasta la crisis del 2008, que nos hundió a tantos. Lo que me caracterizó en ambas situaciones y me hizo sentir bien con lo que hacía fue ayudar a las personas. Primero, en el BOOM de internet, donde cualquiera se aprovechaba de la ignorancia de entonces para colocar una página web mal hecha que no cumplía su propósito. Y en el sector inmobiliario… qué os voy a contar. Con toda la especulación que existía y cómo llegó a desvirtuarse todo el mercado. En ambos proyectos, quise ponerme del lado del cliente desde la cercanía, la sinceridad y las ganas de ayudar. Cuando eso era percibido y el cliente quedaba contento, no tenía que seguir buscando, ya me venían solos por el boca a boca.

En un momento concreto necesité la ayuda de un detective privado y me encontré perdido, desorientado y desconfiado… había escuchado tantas cosas y todas tan malas que ya iba condicionado en su búsqueda. Pero además, cuando contactaba con alguno, no hablaban mi idioma. Parecía que solo querían que les diera un trabajo y facturar.

Después del 2008, con una mano delante y otra detrás y regresando a vivir con mis padres, decidí estudiar algo y me propuse conocer bien la figura del detective privado y hacerme uno de ellos.

Sabía cómo me sentí en su día y sabía que habría muchísima gente que, como yo en ese momento, no se sentiría cómoda al hablar con un detective privado.

Con la misma intención que ha caracterizado mis profesiones anteriores, decidí basar mi nuevo negocio en ayudar de manera sincera y de corazón a las personas. Asesorar sin cobrar un céntimo, ayudar a resolver todas las dudas que pudieran tener. Decidí que nunca nadie más tuviera que pasar por la situación incómoda y tensa de tener que hablar de sus problemas con alguien que, por la cultura general, las películas y las novelas, ya es controvertido de por sí.

Quise hacer llegar la realidad del detective al ciudadano de a pie. Porque una vez dentro de esta profesión, me he dado cuenta de que está llena de magníficos profesionales. Gente maravillosa que, a la hora de la verdad, me ha ayudado mucho desde dentro y que son verdaderos amigos ahora.

Solo por un problema de percepción y comunicación, la figura del detective está desvirtuada, y quiero que la gente cambie esa manera de ver a los investigadores privados.

Estamos sujetos a la Ley 05/2004 de Seguridad Privada y cada uno de los pasos que damos está sólidamente asentado en un marco legal y normativo que garantiza la legitimidad de los encargos profesionales que cogemos, y que el tema se tratará de manera proporcional, idónea, necesaria y racional.

Somos profesionales que, para ser detectives, hemos tenido que estudiar derecho, estamos autorizados por la Policía Nacional y el Ministerio del Interior. Tenemos una tarjeta de identificación profesional (TIP) homologada que asegura al cliente que la contratación del detective será legal.